Como símbolo de poderosa transformación, el Paseo Buen Pastor fue, sucesivamente, colegio de oficios, cárcel de mujeres y centro cultural y pasó de albergar oscuridades y extremos a irradiar nuevas luces. Es uno de los rincones urbanos que más rápidamente fue apropiado por los vecinos para su uso y deleite y se encuentra entre los tres primeros lugares mencionados como sitios de interés turístico por los visitantes que recorrieron la ciudad en 2016. Históricamente, las religiosas de la Orden Hermanas de la Caridad del Buen Pastor de Angers de Francia, establecieron en 1889 sobre calle Belgrano un Colegio Práctico de Sirvientas que, por decisión del entonces gobernador de Córdoba, se transformó en cárcel de mujeres bajo custodia de las hermanas. Pero ese sitio original era insuficiente para la tarea encomendada, razón por la cual el obispo de Córdoba, fray Reginaldo Toro, gestionó la donación de terrenos en barrio Nueva Córdoba para la construcción del edificio definitivo. El primer cuerpo de la obra completa albergó inicialmente a 30 mujeres y en abril de 1906 se consagró una capilla. En el año 2001 las monjas cedieron el último 20 por ciento de la propiedad al gobierno provincial, pasando a integrar el patrimonio público que lo rescató y convirtió en paseo, inaugurado bajo el nombre de Paseo Buen Pastor en 2007.

Quien recorre el paseo, tiene una vista privilegiada de la iglesia del Sagrado Corazón de los Padres Capuchinos, convertida en una preciosa escenografía de luces y sombras que enmarcan la fuente de aguas danzantes y los espacios verdes que muestran obras escultóricas.

Esta obra, junto al Palacio Ferreyra, hoy Museo Evita y la preciosa iglesia de los Capuchinos forman parte de un recorrido turístico que la Municipalidad de Córdoba realizará durante febrero de manera gratuita, los días miércoles a las 17 horas, partiendo desde la Oficina de Información Turística del Cabildo.