Como en muchos parajes de la provincia, esta localidad se haya rodeada de montañas, ríos de aguas cristalinas, sumado a numerosos volcanes y de pasado comechingón. Al llegar al pueblo, su pintoresca plaza es la anfitriona de los visitantes que buscan relajarse y conocer su basta historia. A escasos metros, imponente se levanta la iglesia Inmaculada Concepción de María, que cada 8 de diciembre toda la comunidad celebra sus fiestas patronales. Cuando se transita las calles tranquilas, hay que remontarse a épocas de antaño, épocas de conflictos entre unitarios y federales. En el año 1841 se desato un cruel conflicto civil, la batalla de Sancala que sumado a la gran actividad minera del siglo XIX forjaron los cimientos de esta localidad. Cada año se festeja en el mes de Enero el Festival de la Minería, que congrega a los vecinos y visitantes de este poblado. Los cursos de agua cristalina, permiten pasar días y tardes enteras junto a familiares y amigos, el Rio Jaime y Noguinet, con sus playas para disfrutar según el clima reinante o bien para un buen descanso acompañados de un mate y tortas fritas. San Carlos Minas es una opción para los visitantes y amantes de los poblados tranquilos y de cálida recepción.