DIARIO DE TURISMO
Editado en Córdoba - Argentina

ITALIA

La Toscana italiana en auto

Hace un mes que volví a casa después de 27 maravillosos días en Italia. Recorrimos 1561 km desde Milán hasta la región de Liguria, atravesando todo tipo de paisajes, costumbres y delicias gastronómicas. Y si bien la respuesta a la típica pregunta de regreso ¿”qué fue lo que más te gustó?” siempre termina siendo un “¡todo!” en un tono de voz alto y emocionado, hay algo de este viaje que ocupa una gran parte de mi cabeza post viaje: La Toscana Italiana.

Lunes 16 de Julio de 2018
  • San Gimignano
    Fiorlle Giafelici
    San Gimignano
  • Siena
    Foto Fiorella Gianfelici
    Siena
  • Siena
    Foto Fiorella Gianfelici
    Siena
  • San Gimignano
    Foto Fiorella Gianfelici
    San Gimignano
  • Pieza
    Foto Fiorella Gianfelici
    Pieza
  • Monte Pulciano
    Foto Fiorella Gianfelici
    Monte Pulciano
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Viajando de nuevo a través de las fotos y los videos trato de dilucidar cuál fue el motivo: ¿los mantos verdes que adornan el paisaje como un fondo de pantalla de computadora? ¿Las construcciones que asoman en el trayecto, como un cuento de los que leíamos cuando era chica? ¿laparla italiana que se escucha en cada paso? ¿o será el sabor del gelatto que comimos en cada plaza principal? Hoy estoy en condiciones de decir que fue todo eso y algo más: recorrer la Toscana en auto.

Haciendo base en Siena como ciudad principal, destinamos cuatro noches a esta parte de la aventura. La pequeña ciudad amurallada, famosa por el Palio que enfrenta a las contradas de los distintos barrios de Siena, resulta perfecta para pernoctar y dedicar los días a pasear sus alrededores. Una alternativa ideal si ya conocés Florencia o si decidís tener días más tranquilos.

Con la Piazza del Campo como escenario principal, el resto de la ciudad se circunscribe entre ladrillos rojizos pero bien conservados, con banderas de las contradas que identifican las zonas del Palio y permiten no sólo ubicarte, sino también jugar a investigar a cuál pertenecerías si fueses un auténtico Sienés.

Como cualquier ciudad de la Toscana, el acceso en automóvil está prohibido más allá de los carteles de TZL (Zona de Tráfico Limitado), por lo que te sugiero que planifiques de antemano los estacionamientos más cercanos a la ciudad que visites, más aún si buscas gratuitos, ya que se llenan rápidamente. Los de pago (desde 0.50 a 2 euros la hora), rodean las ciudades permitiendo recorrerlas fácil y cómodamente.

Intentando no ser injusta con ninguna de las maravillosas ciudades que recorrimos, mis must para un viaje en la Toscana en auto son San Gimignano, Volterra, Pienza y Montepulciano. La combinación de trayectos de menos de media hora a través de una ruta maravillosa sumado a paisajes increíblemente distintos entre ellos, resulta un combo difícil de desoír.

Volterra y San Gimignano pueden hacerse un mismo día, subiendo desde Siena a Volterra por las rutas provinciales (y evitando autopistas!) recomendadas para embeberse de la verdadera Toscana italiana; para luego bajar a San Gimignano. Volterra cuenta con vistas privilegiadas, debido a su altura (excelentes para obtener “la” foto) y se respiran períodos etruscos, romanos y medievales al mismo tiempo. San Gimignano es el verdadero cuento italiano: con no más de diez calles que rodean al Duomo, lo mejor es perderse por sus calles y toparse con las más de catorce torres dispersas por la ciudad. Prohibido no dejarse llevar por la GelateriaDondoli, catalogada como la mejor heladería del mundo. La fila que asoma la entrada lo confirma. Y doy fe que probarlos también!

En menos de veinte minutos, estamos de nuevo en Siena para descansar y programar nuestros próximos destinos: Pienza y Montepulciano, no sin antes tomarnos un clásico aperitivo italiano con buffet incluido, por 7 módicos euros.

Tomamos la ruta regional 2 sentido Sur para toparnos con Moltepulciano, famoso por su Vino Nobile(otro must toscano!) y el Santuario de la Madona del Biagio que decora a la ciudad desde las afueras. Volvemos a la ruta con el mate caliente dispuestos a pasar la tarde en la sorpresa del viaje: Pienza. Con caminos que zigzaguean los cipreses que hermosean hasta las lágrimas el paisaje y balcones naturales que funcionan como miradores muy bien señalizados, donde no te darán las manos para capturar el momento en fotografías. Al ser domingo, nos topamos con una pintoresca feria local, caracterizada principalmente por viveros montados en las calles de piedras, juegos para niños y todo tipo de delicias como el famoso queso pecorino, el cual disfrutamos junto al último aperitivo toscano.

Sin dudas que Italia vale la pena de punta a punta, tuve la suerte de poder comprobarlo con mis propios ojos. Pero si tuviera que dar un consejo a cualquiera que me pregunte por este viaje, sin lugar a dudas es: “alquilá un auto. Perdete en las rutas. Dejate llevar por los perfectos mantos verdes que rodean el paisaje. Manejá tus tiempos, entrá a cualquier pueblo en el que algo te llame la atención, así sea algo ínfimo que ves desde la ventanilla con la música de fondo y los vidrios bajos. Una hermosa experiencia Toscana, seguro te está esperando”.