Quedarse en Vientián significa detenerse un poco del ajetreo viajero sobre todo si se viene de un largo viaje. A pesar de ser un lugar con movimiento citadino, es perfecto para tomarse un descanso y pasar unos días que sin dudas no decepcionarán.
Vientián invita a pasear por sus calles, detenerse en cafeterías y panaderías para degustar de una típica baguette que recuerda que a finales del siglo XIX el lugar se convirtió en protectorado francés.
Además de tomar un rico batido de frutas y abundantes desayunos a precios moderados, no se puede dejar de probar el típico arroz con un toque dulzón cocinado en caña de bambú que se vende como golosina en las plazas o en cualquier feria callejera.
Para poder recorrerla y aprovecharla mejor es aconsejable rentar una bicicleta en alguno de los tantos lugares de alquiler. Llegar hasta la avenida principal y toparse con el Palacio Presidencial es una de las primeras paradas casi obligatorias. Tan sencillo como imponente, el Palais Presidential tiene una de las mejores vistas hacia el bulevar que finaliza en el parque Patuxai.
El mismo posee una incongruente réplica del Arco del Triunfo parisino, hecha en 1969 en honor a los laosianos caídos en la guerra. Otra de las paradas que no deberían dejar de aprovechar es la vista panorámica que se ve desde lo alto del arco.
Si se sigue por la misma avenida, encontrarán el templo más importante de Laos y hasta se podría decir que es uno de los más conocidos por los practicantes del budismo. El Pha That Luang, según cuenta la leyenda, posee una stupa dorada que se construyó para custodiar un fragmento del esternón de Buda en el siglo III a.C. El lugar queda un poquito alejado del centro de la ciudad pero vale la pena darse una vuelta y pasear por su parque.
Otra de las visitas para no perderse es el Centro COPE, una organización sin fines de lucro, que ayuda las personas afectadas por explosivos que han quedado sin detonar desde la guerra de Vietnam y la “desconocida” guerra secreta. COPE ayuda a las víctimas con apoyo médico y con programas de formación para la fabricación de prótesis ortopédicas.
Posee un original museo con información actualizada sobre el estado de los artefactos explosivos sin detonar y de los proyectos que se llevan a cabo para la búsqueda y la desactivación de los mismos. También se proyectan documentales muy interesantes e informativos que ayudan a entender porqué Laos fue el país más bombardeado en la historia.
Para colaborar se pueden comprar algunos de los souvenires, postales o camisetas que se venden allí mismo o colaborar con donativos. Para llegar desde Tailandia una de las mejores formas de cruzar la frontera es tomar el tren en la estación de Nong Khai. Una vez en Laos, tras unos 15 minutos de viaje, se completan los trámites migratorios en la misma estación y se continúan en minivan, incluida en la tarifa del tren, hasta Vientián.