A cada lugar al que vayamos no dejaremos de sorprendernos por los detalles que hacen única a una cultura tan amigable. Recorrer incontables templos budistas, sacarse el calzado en los portales de las casas, llevar hombros cubiertos, saludar con las manos en posición de rezo, respirar los ricos inciensos que despiertan los sentidos y decoran las imágenes de Buda y sobre todo sonreír siempre, son las pequeñas maravillas que se van haciendo costumbre con el paso de los días.

Probar la comida típica tailandesa: platos deliciosos que llenan hasta el alma, preparados con mucha dedicación y muchos condimentos, son otros de los motivos para conocer Tailandia. Desde una rica sopa de leche de coco hasta un buen Pad Thai realizado con fideos de arroz, absolutamente todo merece ser probado. Los pimientos, el curry y el jengibre son los protagonistas que junto con su actriz secundaria, la salsa de soja, conforman manjares únicos. Otros platos típicos como el Massaman curry y la sopa Tom Yum, son los predilectos para los que disfrutan de sabores y olores intensos. A animarse!

Bañarse en playas paradisíacas: sin duda uno de los atractivos principales de Tailandia. Arenas blancas, palmeras llenas de coco y aguas turquesa transparente conforman un escenario único. Poder relajarse en hamacas y nadar cerca de peces y corales son algunas de las tantas cosas para hacer en las costas tailandesas. Quienes quieran aventurarse en las profundidades pueden tomar clases de submarinismo o buceo.

Hacer retiros de yoga y darse un buen masaje tailandés: si algo no podía faltarle a este país es el cuidado del cuerpo y del alma. La clave para estar agradecido y sonreír es aprovechar de la variedad de cursos y propuestas que se ofrecen para conseguir la calma y el relax total. A disfrutarlo!

Conocer la exuberante fauna tropical: Además de increíbles paisajes verdes y jardines naturales que no requieren casi de cuidado humano, en Tailandia existen diversas variedades de animales que van a sorprenderlos en todo momento. Empezando por las amigables mariposas gigantes, de todos los colores que podamos imaginar, siguiendo por los escurridizos gueckos o lagartijas que llegan a ser parte de la decoración de las casas hasta elefantes y tigres. Éstos últimos se pueden visitar en parques naturales o santuarios donde están bajo la atención de especialistas. Antes de visitarlos hay que tener en cuenta que en algunos lugares son sometidos a maltratos. Nuestro consejo es no fomentar este tipo de prácticas y disfrutar de otras opciones que Tailandia tiene para encantarte.