Los relojes blandos, los escenarios desérticos y pardos, y los elefantes con patas grotescamente alargadas han influido en el mundo del cine y la publicidad de una manera rotunda. Tan extravagante como talentoso, Salvador Felipe Jacinto Dalí i Doménech, Marqués de Dalí de Pudol, logró componer un personaje que forjó el estereotipo del artista loco y genial. El bigote peinado de mil maneras, la mirada desvariada y la pose tan impredecible como histriónica extasiaron a la prensa y al público mundial. Los paisajes de Cataluña fueron una fuente inagotable de inspiración para sus obras. Tanto Figueras, la ciudad española donde nació y murió, como el pueblo pesquero de Cadaqués, su “lugar en el mundo”, fueron escenarios que influyeron decisivamente en Dalí. “Me he hecho estas piedras, aquí he forjado mi personalidad, he descubierto mi amor, he pintado mi obra… No puedo separarme de este cielo, de este mar, de estas rocas”, decía.