Organizado por primera vez en América Latina, la Fiesta de la Luz ubicó a Quito en la vitrina del mundo. Más de 1 millón 500 mil personas participaron de las cinco noches de fiesta, diferentes medios de comunicación internacionales replicaron a este evento como el centro de atención de la conferencia Habitat III, que se realiza cada 20 años.

Las obras luminosas mostraron el patrimonio de la ciudad revalorado e interactuando con el arte más avanzado. Una suma de tradición y tecnología que devolvió a la ciudad y al mundo, renovado con luz, el primer Patrimonio Cultural de la Humanidad. El Municipio de Quito, a través de la Secretaria de Cultura, gestionó por primera vez en América Latina, la Fiesta de la Luz. Un evento con más de 300 años de historia que nació en la ciudad de Lyon, Francia.

Siete lugares del Centro Histórico fueron testigos de los efectos de la luminosidad. Artistas ecuatorianos y franceses trabajaron durante más de seis meses para crear paisajes únicos sobre el relieve de nuestras iglesias, plazas y teatros. La Plaza Hermano Miguel, el Teatro Nacional Sucre, La Merced, La Compañía, el Centro Cultural Metropolitano, el Museo de la Ciudad y la Plaza de Santo Domingo recibieron a más de 1 millón 500 mil personas durante las cinco noches del evento.

La última noche de la Fiesta de la Luz, el miércoles 19 de octubre, representó la mayor reunión de la historia en el Centro de Quito. Según la Secretaria de Seguridad y Gobernabilidad asistieron aproximadamente 400 mil ciudadanos.

Todo un éxito de convocatoria, sin precedentes en Ecuador. Un logro que además propuso a la ciudad una experiencia inédita. La gestión se realizó con la Alcaldía de Lyon –pieza clave en este proceso– y con la Alianza Francesa en Quito. Al final, todo confluyó en la realización del mayor evento cultural en la historia de la ciudad.

El Alcalde de Lyon saludó y celebró la Fiesta de la Luz de Quito. Felicitó a la ciudad por la primera Fiesta de la Luz del continente americano. Pablo Corral, Secretario de Cultura, dijo que este es el fruto de “una potente colaboración entre dos ciudades hermanas”.

La programación especial en museos y centros culturales también ha sido excepcional. Más de 15 mil personas asistieron solamente a los claustros del Carmen Alto y del Museo de la Ciudad. Para el Convento Carmelita esto representa recibir en un día tantos visitantes como en mes.