Puerto Madero es el espacio más sofisticado de la ciudad, ubicado en pleno centro y de cara al río, aquí todo es absolutamente nuevo (y exclusivo): los rascacielos, los restaurantes de autor, las galerías de arte y los bares de diseño. Es el barrio más nuevo de Buenos Aires y proviene de la rehabilitación del viejo puerto abandonado durante decenios y renacido en los años ’90 pulcro, refinado, con sus muelles restaurados, sus diques impolutos y sus fragatas históricas. Aquí, edificios como el Faena Hotel, diseñado por Philippe Starck; el Puente de la Mujer, del arquitecto valenciano Calatrava; la torre de YPF y el Faena Arts Center ponen el contrapunto al nuevo eje de la ciudad. El barrio de Palermo está atravesado, entre otras, por la Avenida Santa Fe. Históricamente esta arteria marcó una división tácita, y nominal, entre dos áreas bien diferenciadas arquitectónica y socialmente: hacia el río, Palermo Chico, la zona más chic de la ciudad junto con la coqueta Recoleta, barrio de embajadas, bellos pulmones verdes, calles arboladas y elegantes mansiones; del otro lado de la avenida se lo llamó Palermo Viejo, identificado por anchas y empedradas calles cubiertas de frondosos árboles, casas bajas y negocios de barrio. Hoy, el Chico luce tan elegantemente clásico como antaño, pero el Viejo adquirió nueva fisonomía y, con ello, nuevo(s) nombre(s): Palermo Soho –el barrio del diseño, sitio para ver y ser visto- y Palermo Hollywood –sede de canales de televisión, radios y productoras varias-, actuales escenarios de la moda y la gastronomía porteña.

Cocina Porteña

Nuevos estilos del comer en los que se aúna el deseo de originales experiencias sensoriales con el siempre vigente interés de los turistas por la celebración del encuentro.

La excelencia y la alta cocina tienen lugar, desde siempre, en los restaurantes más prestigiosos de la ciudad de Buenos Aires. En los últimos años, muchos chefs han apostado aquí por la cocina de autor: laboratorios de ideas donde la creatividad y el pensamiento libre llevan a la elaboración de propuestas que rompen con los moldes establecidos y dan como resultado fabulosas sorpresas gustativas. En la misma línea de renovación, la gastronomía porteña, que siempre supo convivir con la cocina internacional, ha incorporado otras experiencias, como las cocinas peruana y japonesa, y el gusto por los delis de estilo neoyorquino. Por otro lado, la tradición gastronómica vegetariana es un hecho en Buenos Aires. En la capital de la Argentina, un público cada vez más amplio mantiene con determinación sus saludables principios de alimentación, amigables además con el planeta. Finalmente, han ido afirmándose otras tendencias gastronómicas ideales para disfrutar del tan porteño arte de la tertulia: los salones de té, clásicos, con resonancias del pasado; de estilo criollo; de guante blanco, esparcidos casi por toda la ciudad pero con representantes sobresalientes en Recoleta y Palermo.